Manto negro, vi de Mallorca
A principios de los años ochenta en Mallorca se empezó a reactivar la actividad vinícola. En los últimos treinta años han abierto muchas bodegas con voluntad de restablecer la tradición vitivinícola de la isla y recuperar también sus variedades autóctonas.
No siempre es fácil conseguir reconocimiento en casa. Existe una tendencia a quedar embobado por lo que nos viene de fuera, sin conocer bien del todo lo que tenemos en nuestra tierra. Por suerte, la calidad de los vinos de VTMallorca y de las bodegas de la isla muestran, a quien cata sus vinos, que Mallorca dispone de argumentos de peso por considerarse tierra de buen vino.
Cada vez son más las bodegas que trabajan en evolucionar y potenciar las variedades autóctonas mallorquinas. Una de las principales y más conocidas es el manto negro. Gracias a la ayuda de dos expertos como Julio Torres, sumiller de la bodega AVA Vi, y Rafael Montero, enólogo de la bodega Son Juliana, conoceremos un poco más los secretos y particularidades de esta variedad propia de Mallorca.
Rafael la describe con características aromáticas de fruta roja, cereza o fresa, con poca capa y baja intensidad en el color. “Suele hacer un vino suave, con taninos poco marcados. Un buen cuerpo pero no tan largo como las variedades internacionales merlot o cabernet”.
Julio también emplea variedades foráneas para hacer una pequeña analogía. Nos traslada a la Borgoña francesa para comparar dos variedades que se emplean en la zona como son la pinot noir y la gamay, para así entender las diferencias entre las mallorquinasmanto negro i callet. El sumiller aproxima la callet y la gamay en cuanto a sus capacidades para formar vinos frescos y muy florales. Por otro lado, encontraríamos las similitudes entre la variedad pinot noir y la manto negro, más potentes y con mayor acidez. Sin embargo, Julio indica que la garnatxa es la variedad foránea más cercana a la manto negro, en lo que se refiere a sus cualidades. La climatología y las propiedades del terreno, con mucha grava y elementos calcáreos, hacen de ésta una variedad muy afrutada con aromas que pueden recordar a la algarroba que, “si se sabe extraer el tanino justo, tiene una tanicidad amable”.
Rafa trabaja con un viñedo manto negro, joven, de unos seis años. Esto hace que sea más productiva ahora de lo que lo será cuando sea más vieja. El enólogo destaca que los veneteros deben ir con mucho cuidado con la fragilidad que tiene la variedad para conservar sus aromas. Esto hace que sea más productiva ahora de lo que lo será cuando sea más vieja. Dentro de la misma tónica, Julio nos comenta que para producir vinos tintos con manto tinto, con algo más de crianza, utilizan botas de primer o segundo uso para que la manto tinto no pierda sus aromas frutales.
«Hay que poner en valor que la variedad haga vinos de poca intensidad de color»
Ambos expertos muestran mucho respeto por la varietar manto negro y sus particularidades. Ambos explican que no se trata de compensar elementos que la variedad no tiene, sino de aceptar cómo es y trabajar en potenciar sus virtudes.
De manto negro se elaboran sobre todo vinos tintos pero también blancos y rosados. Rafael detalla que en Son Juliana hacen una vendimia seleccionada. Destinan a hacer vino tinto en la uva que cambia de color de una forma más intensa y rápida. Sin embargo, la fruta que no cambia de color, o bien lo hace de forma más lenta, la destinan a sus manto negro blancos. En la bodega AVA VI, Julio nos explica que ellos emplean la fruta que aporte menos coloración y más acidez para hacer vinos rosados y para elaborar los tintos utilizan los viñedos de menor rendimiento. Lo que logran con ello es que la graduación sea más prematura para evitar así el exceso de graduación, entre 13,5 y 14,5 grados sin llegar a los 15, manteniendo así una buena acidez.
En Mallorca son cada vez más las bodegas que elaboran vinos monovarietales con manto tinto pero también es habitual que se combine ésta con otras variedades locales e internacionales para crear vinos únicos y diversos.
